Que mucho tiempo que no escribo, tanto vivido y no me detengo unos 10 minutos a escribir. Debería internalizar que es bueno vaciarse cuando estamos felices o cuando estamos tristes. No sabría decir como me siento, porque ya ni sé, no sé si vividos los golpes uno va inmunizándose o resignándose a vivir.
¿En qué momento debemos darnos cuenta que en el lugar, el punto, el momento en qué estás debe pasar? Si estás inmunizado y resignado, quizás no te des cuenta de que es hora ya de caminar adelante, rehacer cosas, emprender nuevos retos, cambiar de gente.
Hay días que estoy triste, porque quisiera que las cosas sean diferentes y retumban en la mente los que dicen: hay que ser agradecido con lo que tenemos. Soy agradecida con lo que tengo, pero y si quiero algo más, eso es ser mal agradecida?
No sé cuando vuelva a escribir que habrá pasado, pero hoy siento que dirijo esfuerzos a cosas sin sentido, sin razón y sin esperanza, pero por qué sigo aquí? Seguramente cuando vuelva a escribir he cambiado de lugar, he cambiado de gente. Creo que en estos últimos días voy sintiendo la necesidad de moverme, supongo que sea el proceso definitivo de comenzar a dejar de lado.
Lo bueno de mis experiencias es que igual vivo y mantengo las cosas intensamente un día me levanto cansada y harta y todo borrado, eliminado y olvidado. Ojalá que ese día llegue pronto, porque quiero moverme ya de este lugar, de esta gente y de situaciones que en realidad no tienen ningún futuro.
Solamente espero que la próxima entrada de mi blog sea diferente, carajo, yo espero que sí. De lo que estoy totalmente segura es que si no es positivo, por lo menos no estaré en el mismo lugar que ahora.
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